Después de utilizar tus zapatos, te recomendamos limpiarlos con un paño seco para eliminar el polvo acumulado. Luego, puedes aplicar una cera incolora para proteger y conservar el cuero.
Recuerda guardarlos en una caja o bolsa para evitar que el polvo deteriore el material, especialmente en calzados de gamuza.
2. Ante derrame de líquidos
Si se derrama algún líquido sobre el calzado, actúe de inmediato con un paño limpio o una esponja absorbente. Seca con toques suaves, sin frotar, para evitar dañar la superficie. Luego, use una toalla para retirar el exceso de humedad y déjelo secar al aire libre. No utilice secadora ni lo exponga al sol, ya que esto puede resecar o dañar el cuero.
3. Manchas de aceite y grasa
Para manchas provocadas por aceites o grasas, se recomienda acudir a tintorerías especializadas. Ten en cuenta que el cuero es una piel natural y puede absorber fácilmente este tipo de sustancias.
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